Se llamaba Pilar, tenía razón Román, era un tostón, también nos pasó unas pruebas, me las supe, me encantaba literatura, esta vez Román solo me preguntó una pregunta.
Por fin se terminó la hora y solo quedaba una hora más antes del recreo.
-Esta hora nos toca con nuestra tutora, se llama Aurora.
Entró por la puerta una señora bajota y gordita, un moño y una falda de muchos colores.
-Buenos días, soy Aurora y voy a ser vuestra profesora de Lengua y Tutora.
Se sentó y empezó a pasar lista cambiando de sitio a todo el mundo según su número.
A mi me tocó al lado de una chica que se llamaba Rosa, era de las más populares, o eso parecía, tenía el pelo largo y liso de color negro, y unos ojos color caramelo.
-Hola, soy Rosa aunque ya me he presentado antes.
-Ya.
Aurora empezó a explicar lo íbamos a hacer durante el curso.
Llegó la hora del recreo y vi como muchas chicas se dirigían a la puerta.
-¡Cris, María vamos a ver lo que hay por favor!
Alicia nos cogió del brazo y nos llevó a la puerta, un montón de chicas miraban a la puerta y tenían risas nerviosas.
Rosa hablaba con un chico era alto y rubio pero no se le veía muy bien. Se giró y…
¡No! Era David… Dios, que vergüenza…
-¡Mierda! 
-¿Lo conoces?
-Es mi compañero de piso…
Entonces David me vio. 
-¡Eh, Cris!
Se dirigió hacia mí y me dio un besazo…
-¿Qué haces?
Le dije entre dientes.
-Esa chica me acosa, y quiero que piense que salimos.
Estaba señalando a Rosa. Rosa me miró con cara de asco.
Yo saqué a David fuera del edificio, quería hablar con el en privado.
Todas las chicas se pusieron a mirar por la ventana.
-Parece que te has hecho bastante popular…
-Peor… ahora mi compañera de mesa me odia.
-Lo siento, no lo sabía, pero a que te ha gustado el beso…
-No sé, tampoco me he fijado en como besas...
-Mira, ya la tienes enfada ¿por qué no acabamos la faena?
Miré hacia la derecha de reojo, Rosa estaba mirando entre la multitud…
-¿Qué quieres decir?
David me cogió del culo y me acercó a él dejó unos centímetros entre nuestro labios, se rió y me besó, parecía un beso de película… 
-¡¿Eres tonto o que te pasa?!
-Vale, mira si no te ha gustado, ya no te vuelvo a hacer más esto y si te ha gustado me dejas que te dé un último beso de despedida…
No podía mentirle se me notaba a la legua que me había encantado, le cogí del cuello de la camisa y le di un beso rápido y frío.
-Venga, nos vemos en casa.
-Adiós.
Me dirigí de nuevo al edificio… Dios… que vergüenza…
-¡Tía! ¿Estás saliendo con ese tío?
-Si…
-Anda que lo dices…
-No me parecía importante.
En un segundo un montón de chicas me rodearon y me empezaron a preguntar cosas…
Yo empecé a marearme y ver todo nublado y me mareé.
Me desperté en la enfermería, Román estaba en la puerta apoyado.
-¿Qué a pasado?
-No sé, solo sé que te vi tirada en el suelo y te traje aquí.
-¿Qué haces que no estás en clase?
-Venga, descansa, ya te he hecho la autorización de salida, ya puedes volar…
-¿Y como voy a mi casa?
-Yo te llevo.
-¿Va a salir a si sin más?
-¿Te crees que me importa?
-No sé.
-Venga vamos.
Me ayudó a levantarme de la camilla y me llevó al aparcamiento, se montó en una moto enorme, era mucho más grande que la de Miguel, me quedé flipada…
-¿Subes?
Respiré hondo cogí el casco que me estaba ofreciendo Román y me subí a la moto.
-¿Aquí es donde vives?
-Si.
-Mañana te vengo a buscar para ir a clase ¿vale?
-No hace falta.
-Venga, que más me da si de todos modos paso por aquí de camino, yo vivo al final de la calle.
-¡Que casualidad!
-Pues si, bueno te dejo que tengo que llevar a Alicia.
-Adiós.
Le di dos besos y me subí a mi casa, faltaba media hora para que acabaran las clases.
David estaba en el sofá con Xavier y Raúl.
-¿Qué haces aquí tan pronto?
-Nada, que por culpa de David me he mareado.
-¿Por mi culpa? ¡¿Pero que he hecho yo ahora?!
-Nada…
Dejé las cosas en la habitación y Xavier apareció por la puerta.
-Venga, cuenta, ¿Qué a pasado?
Le conté todo y Xavier se echó a reír.
-Sois dos niños chicos, de verdad.
-Pues lo he pasado fatal…
-No todo el mundo tiene la suerte de que un bombón como ese nos de no un beso apasionado, no, si no dos y pidiéndote otro, ahí hay amor…
-No digas tonterías, solo somos amigos, además paso de romances, ya me hicieron mucho daño hace poco, quiero descansar.
-Bueno voy a preparar la comida.
-Te ayudo.
Pasaron los meses antes de la navidad y no pasó nada interesante, bueno, me enteré de que Alicia y Román llevaban ya cuatro años saliendo y que se quería muchísimo, también me enteré de que la novia de Miguel se llamaba Ruth y era muy guapa la verdad. Me daba celos… Y por fin llegó el momento de llegar a Córdoba, para navidad.
 
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