lunes, 20 de junio de 2011

Capitulo 1


Me desperté a las 7:00 en punto. Era el último día de colegio y quería llegar a buena hora. A parte, al salir de clase iba a comer con mis amigos y quiero estar perfecta. Me daba pena dejar a mis amigas… Y ha Miguel… Llevo colada por el desde… no se desde cuarto de primaria creo…
Me levanté y me duché, mientras pensaba en que ponerme, me alisé el pelo y me vestí me puse una camisa blanca con un cinturón marrón y unos pantalones marrones y como no mis sandalias romanas.
Desayuné unos cereales y mientras esperaba a que llegase el autobús me puse a ver la televisión, Escuché como llegaba el autobús les dije adiós a mis padres y fui corriendo al autobús, esta vez no cogí la mochila ya que no me haría falta así que cogí un bolso para llevar lo justo: el dinero, y alguna cosilla más.
Llegué al colegio y vi a mi mejor amiga, Lucía, sentada en la ventana de la clase, siempre era de las primeras en llegar…
-¡Cris! ¿Qué tal estas cariño?
-Mal… te voy a echar de menos este verano…
-Bueno pero hasta la semana que viene no te vas a Málaga ¿no?
-Es verdad, me quedo aquí en Cordobita la llana.
-Jaja, bueno, ¿te vas a venir a comer no?
-Claro.
Dejé el bolso en mi sitio y me fui fuera necesitaba algo de aire fresco, Lucía me acompañó.
Estuvimos hablando de lo que íbamos a hacer este verano.
-¡Cris, Lucía!
Vimos a Marta llegar de lejos corriendo.
Nos dimos un gran abrazo y le acompañamos a que dejara sus cosas.
-Que, ¿estas nerviosa?
-¿Yo?
-Vamos Cris, vas a ver a Miguel…
-Bueno, como todos los días del curso.
-Ya… pero hoy es un día especial…
-¿Y eso por qué?
-Ya sabes, tenemos ya 16 años y ya empezamos bachillerato y tú te vas a hacer bachillerato a Madrid.
-Bueno, pero yo no le gusto…
-Eso ya se verá.
Lucía miró detrás de mí y dijo:
-Hablando del rey de Roma…
Me di la vuelta y hay estaba Miguel con sus ojos verdes mirándome…
-Hola chicas, ¿os venís ahora después a fumaros un cigarro fuera?
Marta y Lucía se miraron, y Marta dijo:
-Yo no puedo porque Lucía y yo tenemos que ir a secretaría y todo eso…
-Cristina, ¿puedes?
-Vale.
-Dejo las cosas y nos vamos fuera.
Yo no fumo, es más me da asco, pero me da pena dejar solo a Miguel…
Pasó delante de mí y me hizo un gesto para que lo acompañara.
Yo lo seguí.
Llegamos a la puerta y él se sentó, y yo a su lado.
Estuvimos un rato callados y tuve que iniciar yo la conversación.
-¿Vas a ir a la comida?
-Si, ¿tú?
-También.
Miguel nunca me miraba a la cara, era algo raro era como si le diese vergüenza… pero si ha sido unos de mis mejores amigos desde que éramos pequeños.
Ya no podía más así que le pregunté:
-¿Qué te pasa por qué nunca me miras a la cara? No me digas que ahora te da vergüenza…
Se quedó callado durante uno segundos.
Se giró con esos ojos verdes claros tapados por un flequillo castaño… Simplemente me encantaba todo el…
-No, no me da vergüenza… solo estaba pensando en lo que nos queda de estar juntos… quiero decir como amigos.
-Bueno podemos seguir hablando por el Messenger o el Tuenti.
-No será lo mismo…
Tiró el cigarro al suelo se levantó y me dejó hay sola en el suelo sentada…
Me puse a pensar en lo que quería decir…
De repente alguien salta sobre mi espalda… era Carmen…
-¿Pero que hace esta niña tan guapa aquí sola?
-Jaja esperando a otra niña aún más guapa.
Nos levantamos y nos dimos un abrazo.
-¡Tía, adivina quién se va a venir a hacer el bachillerato a Sevilla conmigo…!
-A ver… ¿Quién?
-¡David! Pensaba que íbamos a celebrar nuestro décimo aniversario separados…
-Jaja, diez meses ya…
-Bueno vamos a bajar… que quiero ver a las demás.
Bajamos corriendo.
Nos pusimos a hablar todas entusiasmadas bueno, todas menos yo que no podía quitarle el ojo a Miguel... estaba con sus amigos hablando de fútbol y eso…
Ya era la hora y nos pusimos en nuestros sitios.
Yo estaba sentada al lado de Marta.
-¿Qué ha pasado con Miguel al final?
Me dijo susurrando mientras la profesora nos explicaba lo que íbamos a hacer ese día.
-Nada,
-¿Cómo que nada?
-Señoritas Méndez y García, ¿nos pueden contar la conversación?, parece que es muy interesante ya que no están haciendo caso a la explicación.
Yo me puse roja como un tomate.
Marta me miró, ella era mucho menos tímida que yo.
-Pues… estábamos hablando de…
-Si, señorita Méndez…
-Miguel.
Todo el mundo miró a Miguel.
El se escondió todo lo que pudo.
-Y que es lo que estabais hablando de Miguel...
-Pues… ¡Ay!
Yo le pegué un pellizco.

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