Me puse unos shorts, una camiseta y me pinté un poco, cogí un bolso que tenía ajuego con la acmiseta y me fui al parque.
Nick no había llegado aún asi que decidí ir a beber agua,cuando me agaché para beber agua de una fuente alguien me tocó el culo, yo me cabreé y le pegué una torta sin saber quien era.
-¡Dios Nick, lo siento! ¿estás bien?
-Si, creo... que me voy a sentar un rato-Dijo con la mano en la cara.
-Joder Nick, no puedes ir por detrás d´ndole a la gente en el culo.
-Ya, pero tu no eres "la gente" tú eres mi novia.
Me acerqué a él y le besé, cuando me iba a alekar Nick me acercó más aún y me dio un largo y dulce beso.
En ese momento, justo en ese momento, en el peor de todos, me llamaron al tele´fono.
-Lo siento.
-No pasa nada, cógelo.
Le sonreí y lo cogí.
-¿Si?
-Marta, me han llamado tus padres, que vienen la semana próxima, y van a traer a tu prima, por parte de padre.
-Ok tita, gracias.
-Denada, estos días te he dejado un poco libre pero quiero que la semana que estén tus padres estés más con ellos y con tu prima, ya sabes que te quiere mucho.
Tenía razón, había estado muy ausente esos últimos días, además mi prima Rosa no me dejaría separame de ella, tiene trece años, más o menos la edad de Caro, y es una fan de Justin Bieber, a mí no me parecía nada del otro mundo, pero claro con mi edad a pocas chicas le gusta Justin, siempre que estaba con ella me contaba alguna novedad de Justin, que si estaba saliendo con Selena, que si salía en CSI, le prometí que si Justin volvía a dar un concierto a España y le seguía gustando tanto me la llevaría.
Bajé de mi nube y volví a la Tierra ya que había dejado a mi tía esperando una contestación.
-Claro tita, además he encontrado una amiga para Rosa.
-¿Si? ¡Que bien! Bueno te dejo, ya hablamos esta noche.
-Vale, adiós te quiero.
-Adiós.
Colgué el teléfono.
-¿Que era tu tía'
-Sí, olle la semana próxima viene mi prima y como tiene la misma edad que tu hermana, podrían hacerse amigas.
-¡Claro! pero, hemos dejado una cosa a medias antes de que te llamaran ¿no? - Dijo con una amplia sonrisa.
Yo me acerqué a él y le besé, lo quería tanto... Estubimos haciendo tobterías hasta las nueve y media que me fui a mi casa.
Cuando entré mis tíos estaban sentados en el salón con cara de mala leche.
-Marata, siéntate, tenemos que hablar contigo.
-¿Que pasa?
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